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CARLOS ALONSO
AMANECE ANOCHECE

PINTURAS 1990 - 2009
Desde miércoles 29 de Junio hasta el 5 de Agosto, 2022.

“Ni orden ni caos”, por Fernando Lorenzo

 

Pronto el momento necesario y único del cuadro hubo de ceder a los sucesivos círculos concéntricos. Allí reside la magnitud portentosa, ese atractivo insostenible de su pintura, esa efusión constante de las contradicciones que la vida nos presenta sucesivamente y que en la pintura de Alonso debieron figurar en un tiempo y un espacio.

 

Ni las “secretas aventuras del orden” –como dice Borges al referirse a las preferencias de Valéry- ni el caos de lo irreconocible sirven a nuestro pintor, que, lámpara en mano, quiere individualizar cada cosa terrible dentro del turbión. Por eso, todos sus cuadros parecen necesarios, oportunos, casi esperados dentro de la concatenación de nuestra existencia.

 

En algunos momentos ejemplarmente trágicos, su pintura y la realidad parecieron competir en horrores, sólo que sus cuadros llevaban por misión hacer ascender el dolor hacia la luz del mundo, mientras la realidad se imponía la misión de sepultarlo.

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La pasión por la condición humana y la maestría incomparable –o sea el oficio y la idea- (no siempre de la mano), son la química que produjo y seguirá produciendo este precipitado conmovedor que es la obra de Carlos Alonso.

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En esa generación suya influida por el arte de posguerra y sobre la cual se entrecruzan desde el surrealismo al arte óptico, desde el expresionismo al cubismo, su obra asemeja un faro sobre la niebla demasiado duradera de la pasión argentina.

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