EQUIDISTANCIA
DELFINA BOURSE - MARIANO BENAVENTE
INAUGURACIÓN 10 DE AGOSTO, 18 HS.
2022
EQUIDISTANCIA
Podría decirse que quien se sepa pintora o pintor, o se defina como tal, sabe perfectamente que tiene que ubicarse frente a la pintura según la adopción – cognitiva, sensorial, intelectual – de algo que podría llamarse una toma de posición, un ángulo de enfoque, una mirada a la vez reflexiva y proyectual; eso que podría definirse en términos de discurso como un “punto de vista” pero que excede los límites de la razón conceptual y estética para imponerse como una módica y personal filosofía experiencial. A la vez, cada artista se mira a sí mismo en relación con sus colegas, en un constante ir y venir de sintonías y discordancias, como si la devota adhesión a ese quehacer común fuera un espejo inestable donde se refleja la propia fisonomía y simultáneamente la del otro, cada una de ellas entrando en foco y desenfocándose alternativamente, según la impredecible dinámica de la experiencia. Delfina Bourse y Mariano Benavente son, como se sabe, colegas pintores, tan cercanos en lo personal como opuestos en sus lenguajes, allí donde el cuerpo de obra de cada uno puede relacionarse justamente a partir de una notoria diversidad. En este sentido, la geografía de la sala es más que nunca un campo de pruebas; un laboratorio en tránsito donde se induce al espectador, y a los propios autores, a detectar, a proponer, a experimentar, un nuevo lugar de la mirada desde donde observar en perspectiva el fenómeno mixto que específicamente allí se produce. Una situación donde las dos singularidades que conviven coyunturalmente generen una tercera entidad equidistante entre ambas, para entrenar el campo subjetivo en una suerte de reveladora ecuanimidad perceptiva.
Eduardo Stupía
Una práctica, dos visiones
La pintura se construye capa a capa; como cualquier otro medio de expresión requiere de mucho tiempo para lograr sus formas propias. Son muchos los factores que influyen en este proceso. Los materiales que cada artista utiliza, el hecho de que tome o no como punto de partida alguna referencia concreta, o que trabaje a partir de distintas referencias, la forma en que utiliza los materiales elegidos, la técnica o las múltiples variables de acceso a un material. El espacio donde trabaja y todo lo que lo rodea resultan también todo un escenario para la producción. En esta línea, y desde abordajes bien
diferentes, nos preguntamos cuál es la esencia del proceso para lograr una imagen en pintura y qué elementos son necesarios. Encontramos en los procesos de nuestros trabajos en pintura varios puntos en común y a la vez diferencias importantes. Nos interesa confrontar estos dos métodos. La pintura nos ayuda a pensar y a su vez construye un pensamiento. Su forma va desplegándose capa por capa, respondiendo parcialmente a las intenciones primeras mientras va instalándose como ente autónomo.
Delfina Bourse
Mariano Benavente
Delfina Bourse
Desarrolla su obra a través de exploraciones físicas y ópticas del campo pictórico, involucrando diferentes elementos y recursos. Apela a referencias de la naturaleza, estructuras ornamentales y al lenguaje puro de la abstracción, así como a la cualidad y la densidad de los materiales, la cual también tiene un rol decisivo en la creación de tanto la estructura como la atmósfera.
Una gestualidad a la vez expansiva y mesurada parece inscribir su lenguaje en un peculiar punto intermedio entre el expresionismo abstracto y el lirismo impresionista, aunque también se la percibe afín a la ecléctica soltura de la escena contemporánea.
En esta poética que parece además asumirse como investigación todo es importante: el soporte, los materiales, su singular movimiento corporal mientras trabaja, cada gesto, las huellas, incisiones y marcas que se realizan a través de estas acciones, incluso esas partes que elige remover y extraer para ser reunidas y reutilizadas luego. Todas y cada una de esas partes contiene y acarrea la energía concentrada, la “información” de lo que ha pasado, convirtiendo el soporte en una visión simultánea de capas geológicas. Las futuras combinaciones de los segmentos que las componen serán apropiadas para verse expandidas sobre nuevas y diversas superficies, creando significados alternativos.
Mariano Benavente
Trabaja la pintura al óleo sobre tela. La suya es pintura de género: naturaleza muerta con motivos florales.
Una de sus preocupaciones es la construcción de una imagen en base a idas y vueltas, arrepentimientos y preguntas; como si pudieran hacerse visibles los efectos de la historia, del paso del tiempo, de la memoria. Así, se sumerge dentro de un género históricamente investigado y re-interpretado; reflexiona acerca de la cuestión del original y las versiones, y va en busca del motivo desde el gesto físico y el ejercicio de la improvisación.
¿Por qué un género tan revisitado sigue siendo versátil y recorrido en el ámbito de la pintura contemporánea?, se pregunta. E Insiste en conservar las tradiciones casi como último lugar de resistencia en un presente que exige constantes actualizaciones. Los suyos son los tiempos de la práctica con el óleo, del trabajo manual, de los aciertos y los errores, de las correcciones y los conflictos. Parece importante que el desarrollo de esa práctica reserve un lugar central a los diferentes tratamientos y modos de la materia pictórica, el color, las formas y las texturas, tan central como los niveles de significación de las imágenes. Se siente inmerso en las presencias, las ausencias y en las resonancias de un árbol genealógico de pintores argentinos que elige como propio.
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